“Los maestros hemos de alejarnos de los pupitres y de la zona del confort”

07 de Julio 2013

“Los maestros hemos de alejarnos de los pupitres y de la zona del confort”

Entrevistas

Thasin Rahim es una destacada maestra e investigadora especializada en Educación Infantil y premiada en 2015 en el marco del Global Teacher Prize (el “Nobel” de la educación) con una mención especial que la sitúa entre los 100 mejores profesores del mundo. Su investigación se destaca en temas como la aplicación de la neurociencia, la psicopedagogía, las inteligencias múltiples y las metodologías activas tanto en el diseño de los espacios como en la creación de curriculas innovadoras, como puede apreciarse en su trabajo actual para las escuelas internacionales Safari Kid que desafían completamente la forma tradicional de educación Infantil.

  • ¿Qué /quién es el tercer profesor?

El espacio. Es una fuente de riqueza, una estrategia educativa y un instrumento que respalda el proceso de aprendizaje. El ambiente es un concepto vivo, cambiante y dinámico, lo cual implica que debe cambiar y adaptarse a medida que cambian los niños, sus intereses, su edad y sus “historias”.

 

  • ¿Qué papel juegan los padres en este modelo de aprendizaje?

Los padres deben ser integrados al proceso de educación. La escuela debe ser un espacio abierto para explorar el aprendizaje de sus hijos. La comunicación efectiva, constante y personalizada de los maestros a los padres es clave para el desarrollo general del niño. Los padres deben estar siempre invitados a presenciar el trabajo de sus hijos a través de actividades que se llevan a cabo durante el año escolar, incluidos, pero no limitados a los días de deportes, exposiciones de arte y celebraciones especiales y días festivos. El papel de los padres es activo y deben involucrarse en este nuevo modelo de aprendizaje.

 

  • ¿Qué rol desempeña el docente en este tipo de espacios?

Me gustaría que reconsideremos el papel del profesor en el aula del siglo XXI. El docente debe actuar respetando la competencia autónoma de sus alumnos, sin intervenir si son capaces de resolver los problemas por su cuenta. Solo deberían intervenir como mediadores (Sherpas) en los momentos clave en que los estudiantes los necesitan. El estudiante es el administrador de su propio proceso de aprendizaje, deben hacer sus propias deducciones y desarrollar su propio proceso de pensamiento. Al mismo tiempo, los maestros deben tomar notas y describir y reflexionar sobre el comportamiento y los intereses de los niños. De una manera clara, eso se puede compartir y discutir con colegas; incluso con los padres, que deberían ser socios en el proceso de aprendizaje. Hacer esto de manera sistemática le permite al docente convertirse en también en un investigador.

Los maestros también deben prestar mucha atención a las tareas o proyectos que presentan más desafíos para los niños. Estos momentos no deben ser frustrantes, sino una oportunidad para presentar nuevas hipótesis y probar nuevos enfoques sobre el mismo problema o consulta. Otra parte fundamental del rol del docente es el de estar atentos a ver cada vez que hay una necesidad de intervenir y mostrarles nuevas herramientas o estrategias, en su rol de co-creadores de conocimiento.

 

  • ¿Qué características concretas debe tener este espacio para que sea efectivo?

Este entorno cuidadosamente diseñado garantiza la estimulación de los niños y se adapta a sus necesidades; de esta manera, pueden convertirse en los protagonistas de su proceso de aprendizaje, a través de su propia creatividad. También es un espacio privilegiado para aplicar los instrumentos específicos de intervención educativa y para observar el comportamiento social y cognitivo del niño.

Es muy importante organizar los diferentes recursos disponibles de una manera práctica y conveniente, para promover la agilidad y alentar la experimentación. Una buena ubicación en los estantes y la pantalla para los niños les permite elegir libremente los materiales y herramientas, además de estar más integrados desde una perspectiva estética. En lugar de una configuración de aula clásica con escritorios y sillas, el diseño del espacio debe ofrecer un paisaje de imaginación, en el que la fantasía de los niños es el único factor que establece los límites.

 

  • ¿Cómo afectan los espacios a nuestro cerebro? ¿Y en el aprendizaje?

Investigadores como Sperry y Gazzaniga demostraron que la intrincada red neuronal de manejo y control cerebral se conforma durante el desarrollo temprano y se forma cuidadosamente y se construye bajo el control directo de los mecanismos genéticos. Estos investigadores sostienen que “la forma precede a la función”, y que la organización del cerebro no es fácilmente perturbable por la influencia ambiental. Sin embargo, investigaciones posteriores indican de manera substancial cómo la influencia ambiental puede modificar el desarrollo de un organismo, aunque esta es limitada en el tiempo. Gazzaniga considera que el período clave de integración se da entre los cinco y siete años del niño. Lo que no se ha formado a esta edad, no se forma más adelante.  Mi posición es más optimista. Yo creo que el cerebro tiene poder de reagruparse y modificar su estructura durante toda su vida. Se pueden activar en el futuro estas estructuras a través del aprendizaje. Esta habilidad de aprender difiere de persona a persona. Yo considero que lo genético supone alrededor de un 50% y que lo demás es ambiental. En nuestras investigaciones hemos visto cambios notables en los individuos que no se hubieran logrado si el efecto de la genética fuera el definitivo.

 

  • ¿Cuál debe ser el primer paso para implementar esta metodología del tercer profesor? ¿Cómo puede influir el diseño en la forma de aprender?

El primer paso somos nosotros, los profesores; hemos de cambiar nuestras posturas, alejarnos de los pupitres y de la zona del confort. Hemos de ser uno más, formar parte de ellos, sin que ellos no noten esa distancia que a veces un espacio marca. En lugar de enseñar a los niños para que se adapten al mundo de los adultos, estos espacios deben fomentar el acercamiento intuitivo y experimental de los niños a su entorno. Es necesario incluir una serie de rutinas y hacer visible el entorno con símbolos para guiarlos en la adaptación del espacio. Este tipo de aulas nos permiten disfrutar de diferentes formas de aprendizaje donde todas las metodologías pedagógicas son posibles. Ofrecen comodidad, visibilidad a todo lo que los niños están haciendo. Infinitas posibilidades de trabajar en equipo, y por supuesto de desarrollar su creatividad. Este tipo de diseños ofrece al niño generar una experiencia personalizada y diferenciadas que apoya a desarrollar todas sus inteligencias.

 

  • ¿Por qué crees que es prioritario este tipo de espacios que favorezca/fomente las nuevas metodologías?

Los espacios deben fomentar la creatividad, el arte y la manipulación. Por ello, en el aula necesitamos espacios donde puedan llevarse a cabo tareas conjuntas de todo el grupo. Buscamos que el aula sea un espacio muy estimulante y que facilite y sugiera múltiples posibilidades de acción. Debe permitir hacer hipótesis, construir fantasías, narrar experiencias… Y debe ser un lugar en el que se piensa, se discute y se trabaja tratando de reconciliar lo que se sabe con lo que se ignora, las dificultades, los errores, las expectativas, los éxitos, las dudas y los problemas de elección. Porque son espacios que ayudan al niño a decidir cómo quieren aprender. Estos espacios están preparados ya que generan una necesidad de consensuo entre elementos de aprendizaje y la ejecución.

 

  •  ¿Es compatible con el desarrollo de metodologías activas? ¿Cómo?

Las líneas pedagógicas de Decroly, Waldorf, Reggio Emilia y Montessori destacan tanto el carácter activo y autónomo de los aprendizajes como la necesidad de observar, respetar y orientar los intereses y la actividad espontánea de cada alumno dentro de las aulas. Si algo nos demuestra la actividad en las aulas, la observación y la atención al entorno, es que el juego es la base del aprendizaje y mantiene a los alumnos constantemente motivados, interesados y entusiasmados. Mediante el juego, los niños aprenden a vivir y ensayan la forma de actuar en el mundo. Por eso, en todo momento debemos presentarles situaciones del mundo real: jugar a ir de compras, calcular áreas en el patio, representar y dramatizar contenidos… Así van proyectando lo que aprenden. El juego nos permite introducir un tema, ayuda a comprender mejor conceptos y procesos, afianza los ya adquiridos y estimula la adquisición de destrezas y la consolidación de contenidos. Hoy en día todas las metodologías tienen como iniciativa la comunicación entre unos y otros, y la capacidad de trabajar en equipos. En espacios donde las aulas solo ofrecen pupitres, el desarrollo de este tipo de metodologías es imposible ya que la direccionalidad de la comunicación no se da distintos niveles, y es necesario si queremos generar el trabajo en equipo, o la aplicación de PBL.

 

  • ¿Qué opinas de la corriente educativa vinculada a la neurociencia?

Desde hace unos años se confiere cada vez mayor importancia a la relación entre la neurociencia y la educación. Saber cómo funciona el cerebro resulta útil para todo el mundo, porque permite conocer sus posibilidades y la forma de cuidarlo. ¿Nos debe preocupar, como profesionales de la educación, saber cómo funciona el cerebro? Sí, y mucho, sobre todo si, además de conocer lo que hoy son nuestros alumnos, nos preocupamos por aquello que pueden llegar a ser. Son muchos los científicos que afirman que el cerebro nunca está desarrollado por completo, sino que tiene plasticidad. Debemos pensar en esa plasticidad cerebral, esa cualidad propia del ser humano y más característica de los pequeños.

 

  • ¿Y de las inteligencias múltiples?

Según la teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, cada ser humano tiene una combinación única de inteligencias. Esto representa un desafío para las acciones y prácticas educativas del docente. Podemos ignorar estas diferencias y suponer que todas las mentes que tenemos en clase son iguales. O podemos aceptar sus diferencias y trabajar a partir de esta realidad. Gardner reconoce la existencia de inteligencias diferentes e independientes que interactúan y se potencian de forma recíproca. Debemos buscar maneras de favorecer, potenciar y estimular todas las Inteligencias Múltiples en los alumnos. Buscar otras maneras de trabajar, ayudar a crear actitudes, adquirir habilidades y afianzar comportamientos y conocimientos, basándonos en sus propias fortalezas e intereses. Debemos plantearnos así, por ejemplo, trabajar las matemáticas. Por ejemplo, si presentamos conceptos a través de historias fomentamos la Inteligencia lingüístico-verbal; si lo hacemos con un juego cooperativo incentivamos la inteligencia interpersonal; mientras que la reflexión apela a la intrapersonal. Para saber qué actividades hay que modificar, se hace imprescindible que el docente analice de manera detallada las tareas que actualmente ofrece a su alumnado y la contribución de cada una de ellas a la adquisición de las competencias básicas. Como docentes, debemos determinar qué actividades mantener, cuáles modificar y qué nuevas actividades incorporar. ¿Realmente los alumnos comprenden la utilidad de las matemáticas que les explicamos en clase? ¿Les sirven en el día a día? ¿Hacemos que las conecten con su entorno? ¿Somos capaces de conectar con sus intereses e inquietudes?

 

  • ¿Crees que es importante la formación continuada del docente? ¿Qué ventajas aporta?

Los docentes nunca deberían dejar de aprender. Como en cualquier profesión, el docente debe actualizarse constantemente, tanto para transmitir este conocimiento a sus alumnos como a sus colegas. Deben estar interesados en diferentes temas y áreas porque están educando y preparando a sus alumnos para que vivan su vida. Nuestros alumnos se preparan para un mercado laboral diferente, por lo cual necesitan competencias que quizá nuestros educadores (o nosotros mismos hasta hace poco) no necesitaban, por lo que no nos las exigieron para acceder a la titulación ni para ejercer como maestros. Los maestros deben trabajar a diario para mejorar sus propias habilidades. Al conocerse a sí mismos, pueden lograr mejores resultados y actuar como un ejemplo para sus alumnos. De hecho, deben tener pleno conocimiento de la forma en que se comportan y educan; lo que funciona en el aula y lo que no funciona Algunas de las preguntas que deberían hacerse a sí mismos son: ¿Cuál es mi papel como maestro en el aula? ¿Soy más efectivo trabajando cuando estoy bien organizado o cuando estoy enfrentando presión de último minuto? ¿Cómo aprendo más? Deben esforzarse por ser un excelente maestro, no solo uno bueno. Un excelente maestro escucha y detecta las necesidades de sus alumnos y reflexiona periódicamente sobre su práctica educativa.