Consejos para mejorar la eficacia en el estudio

03 de Octubre 2022

Consejos para mejorar la eficacia en el estudio

Firmas invitadas

 

 

Mucho se ha escrito y dicho sobre las técnicas de estudio, en ocasiones de forma acertada y en otras no. A veces, como fruto de una efímera moda, se han propagado teorías que han intentado convertirse en dogmas que, aun no siendo totalmente falsos, sí eran matizables, para tiempo después convertirse en una técnica más de estudio que ha terminado sumándose a las ya conocidas.

En ocasiones, hay contradicciones entre las diferentes técnicas de estudio que sólo sirven para añadir confusión a los estudiantes:

  • Que el subrayado no sirve.
  • Que sólo aprendemos lo que nos emociona.
  • Que sólo aprendemos «haciendo» cosas.
  • Que sólo se aprende de forma cooperativa.
  • Que es mejor aprender a hablar en público que a estudiar.
  • Que es mejor desarrollar la inteligencia emocional que aprender estudiar.

Pero, ¿por qué no podemos aprender a hablar en público y también a estudiar como profesionales? Y en relación a la primera de ellas, «el subrayado no sirve», me gustaría hacer la siguiente matización.

Abunda hoy la idea de que el estudio tradicional basado en esquemas, resúmenes, subrayado, etc., ha demostrado su ineficacia; que lo que funciona es el estudio activo más basado en conceptos nuevos como el active recall recuerdo activoy el repaso espaciado.

Pensando de forma excluyente se podría llegar a pensar que el subrayado y el resumen no sirven o sirven de poco si se aplican mal. Precisamente, todas las herramientas «tradicionales» sirven, y mucho, si sabemos usarlas.

Trece consejos para aumentar la motivación,  la cononcentración y eficacia en el estudio

Repetición espaciada
Las conexiones neuronales se activan más cuando se descansa después de un esfuerzo. De hecho, por la noche suelen estar muy activas, favoreciendo la fijación de los aprendizajes que hemos intentado durante el día. ¿Por qué no seguir el ritmo de las neuronas para ser más eficaces? Estudia intensamente durante un periodo no muy largo y luego descansa. Puedes repetirlo tantas veces como haga falta.

Encontrar el propio estilo
Si bien los estilos de aprendizaje son un mito que la neurociencia ha desmontado, sí es cierto que las personas tenemos preferencias en cuanto a nuestros hábitos. Todos somos distintos, y a unos nos funcionan mejor unas cosas que otras. Un alumno puede estudiar mejor con amigos, otro solo y con música, otro recitando constantemente, y otro dibujando y escribiendo. Todos nos sentimos más cómodos con unas estrategias que con otras. Aunque si quieres mi consejo personal, explora e investígalas todas. Cuando más diverso y rico es el estudio, menos monótono se hará. Recuerda que una de las necesidades básicas de nuestro cerebro es la variedad.

Dormir bien
Estudiar intensamente justo antes de dormir y dormir 8 horas es un 35 % más eficaz que quitarse horas de sueño y madrugar mucho para estudiar el mismo día del examen.

Mantener el foco
Si cuesta apartarse de las distracciones se debe cambiar el ambiente de estudio. A veces no hay que cambiar los hábitos sino las circunstancias. Por ejemplo, ir a la biblioteca sin el móvil, para crear un entorno en el que sólo se pueda estudiar y eliminar así el máximo de distractores posibles.

Técnica Pomodoro
La técnica Pomodoro ayuda a seguir la repetición espaciada que le conviene a nuestro cerebro para aprender mejor. Por ejemplo, se pone un reloj o alarma para que suene en 25 minutos. En un capítulo del libro Motivación para estudiantes: Cómo vencer la pereza y los miedos y ponernos las pilas , explico con más detalle cómo aplicar esta técnica de forma adecuada, combinada con otras técnicas.

Ejercitar, meditar, conversar
La neurociencia también nos dice que el ejercicio y la meditación regulares son buenos para nuestro cerebro. Ayudan a centrarnos, a mejorar nuestra memoria y nuestros estados de ánimo para el estudio. También nos ayuda relajarnos y tener contacto social y conversaciones agradables con los demás.

Estudiar en el mismo sitio
Esto no está tan claro. Se han hecho experimentos en los cuales, cuando en un mismo día se cambiaba de ambiente a un grupo de estudiantes, tendían a recordar un 40 % más. No se pierde nada por probarlo. Busca ambientes agradables con luz natural. Hay personas que necesitan estudiar en un mismo sitio porque eso les aporta seguridad y relajación. Si crees que no es tu caso, investiga. Estudiar en distintos ambientes puede potenciar la memoria.

Planificar y espaciar tus repasos
Una de las claves para afianzar los aprendizajes es planificar bien los repasos y espaciarlos en el tiempo. Puedes hacer un primer repaso del material hoy, el siguiente después de dos días, el siguiente a los cinco días, etc. Todo dependerá de la asignatura y del volumen de material a estudiar.

Estudiar y explicar
El estudio se puede dividir en dos grandes estrategias: La primera, estudiar de forma activa (lectura comprensiva, subrayado, esquemas…); y la segunda, recitar, repasar o explicar los temas.

Una de las mejores formas de aprender es enseñarlo. En eso se basa esta técnica: se debe dedicar el máximo tiempo a hacer como si se explicara lo aprendido a alguien. Además, se debería poder explicar de diferentes formas, ya que esto crea nuevas y útiles conexiones en tu cerebro. Esta parte de explicación puede incluir autoexámenes, en los que pueden plantearse preguntas concretas que se deben contestar.

Repetir de forma inteligente
Muy unido a lo anterior, se debe intentar modificar algo cuando se repasa, tratando de mejorar la repetición anterior, citando cosas que no se habían dicho o encontrando nuevas y mejores formas de explicarlas.

Se deben buscar la corrección y la mejora constante. No siempre será lo más agradable ni lo más divertido, pero facilitará el aprendizaje. El número de repeticiones dependerá de la dificultad del tema y del volumen de información.

No forzar más de lo necesario
Aunque la motivación y la voluntad pueden llegar a ser infinitas, a veces se gastan y hay que recomponerse. Cuando no se da más de sí, es momento de descansar y cambiar el chip para pasar a otra actividad que nada tenga que ver con el estudio.

Estudiar en papel
Está demostrado que se retiene y se estudia mejor cuando se usa el tacto de forma activa: cuando escribimos, tomamos notas, subrayamos, dibujamos… El uso de la tablet está mejorando nuestra capacidad de gestionar y manejar la información de forma más rápida, pero no por ello se deben dejar de lado los métodos clásicos.

Crea un método activo
Cuantos más recursos se usan, más se favorece el aprendizaje. Escribir, dibujar, recitar, hablar con alguien, darse paseos, subrayar, usar marcadores, mapas mentales o mapas conceptuales aumenta hasta el infinito el potencial de estudio.

Firma Sergio Moreno